“Siempre me preguntaba por qué mamá lloraba cuando nos vinimos de Algarrobo en octubre del año 1947”, recuerda “Tita” Alcaráz con sus más de setentas años.
“Yo era muy chica, apenas tenía unos 7 años”, cuenta y dice que se vinieron para Santa Rosa corridos por la seca en el río Atuel: “nos fuimos a vivir en la esquina de la calle Jujuy y Catamarca, detrás de las vías, como se decía a quienes nos criamos en zona norte en la capital pampeana”.
“Mi hermano Javier y otros parientes se quedaron. Nosotros no vinimos”, agrega Tita.